Cuando miro tus ojos, bajo esa sombra que los agranda.
Sumergidos entre las suaves líneas negras que les dibujas,
Veo tú alegría.
Veo ese bálsamo tranquilizador,
Ese fuego del atardecer.
Y quedo quieto, inmóvil, en silencio.
Esperando que tu mirada atraviese mi pensamiento y te alojes en mi corazón.
Mírame, atraviésame.
porque tu mirada serena, calma mi alma.
Jorge el solitario
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